
¿Cómo Kellogg ayuda a los productores?
En un campo responsable. Ahí comienza la historia del desarrollo sustentable y también la del compromiso de Kellogg con la conservación de nuestro planeta.
Diez son los ingredientes principales que dan vida a nuestros productos. Todos ellos provienen del campo. Hectáreas que son trabajadas por las manos dedicadas de nuestros productores. Ahí nace el maíz, el trigo, el amaranto, el arroz y una larga lista de granos, frutos y semillas que más tarde llegan a nuestras cocinas y a tu mesa.
Garantizar el abastecimiento responsable de cada uno de nuestros diez ingredientes principales es la meta que nos hemos impuesto para 2020. Es ambiciosa, pero sabemos que es posible; todo lo que necesitamos es seguir trabajando y asegurarnos de contar con el apoyo de nuestros agricultores.
Es por ello que, desde hace más de una década, estamos trabajando en la creación de alianzas que nos permitan promover mejores prácticas en el campo.
¿Cómo lo hacemos?
Primero nos apoyamos en la ciencia y nos damos a la tarea de encontrar las mejores semillas para nuestros productos. Una vez que las hemos hallado, validamos su producción comercial antes de introducirlas al mercado.
Pasado este proceso las semillas van al campo. Cuando tocan la tierra por primera vez, los agricultores trabajan con esmero cuidando la tierra y la siembra, para obtener granos de inmejorable calidad. Mientras tanto, nosotros nos ocupamos de su propio crecimiento.
A través de nuestro programa Kellogg’s Origins, apostamos por la proveeduría local, y apoyamos alrededor de 300,000 agricultores en Latinoamérica; facilitando capacitación y asesoría técnica para ayudarlos a mejorar los cultivos y alcanzar un incremento en sus ingresos.
El programa cuenta ya con un total de 45 proyectos distribuidos en más de 21 países, incluyendo México. Algunas de las iniciativas más destacadas en México están relacionadas con la producción de maíz, trigo y amaranto. Sumado ello hay proyectos en otras latitudes, como el arroz, en Colombia; el cacao, en Ecuador, el maíz dorado y la quinoa en Argentina y Bolivia; entre otros.
Maíz:
Cada hojuela de los cereales Kellogg proviene de un grano de maíz natural. Empleamos alrededor de 30 mil toneladas de maiz amarillo cada año para la fabricación de nuestros productos en México. La meta para 2020 es que con el apoyo de unos 300 agricultores podamos producir alrededor de 100 mil toneladas de maíz de forma sustentable para integrarlo en nuestros productos.
La siembra local de maíz sustentable se realiza en Sinaloa en alianza con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), donde aspiramos a que en los próximos años se obtengan hasta 100 mil Ton. de maíz amarillo al año.
Trigo:
El trigo blanco suave que buscamos utilizar en nuestra planta de Baja California, será producido en la región. Esto gracias a una alianza con Resource Seed International y Baja Agribiz.
En el ciclo agrícola actual hemos logrado el involucramiento de una veintena de agricultores locales y la siembra inicial de 600 hectáreas de tierra en el Valle de Mexicali; la mitad de esa superficie fue labrada con al menos alguna práctica sustentable.
Esperamos que, al paso de unos cinco años, de acuerdo a nuestros avances, logremos multiplicar el número de pequeños productores participantes en la iniciativa y obtener una cifra superior a las 10 mil toneladas de trigo de la mejor calidad para nuestros alimentos.
Amaranto:
El amaranto es un producto milenario que además de ser libre de gluten y rico en proteínas, calcio y magnesio, es el único grano que contiene vitamina C.
Gracias a la labor de micro productores que, con vocación, han sabido transformarlo en innumerables productos, se obtiene cada vez más producción de la región Centro de México.
A través de una alianza con la organización México, Tierra de Amaranto, Kellogg ha conseguido impulsar a las mujeres mexicanas, enseñándoles a cultivar este alimento. De este modo ellas pueden aprovechar dichos cultivos para favorecer a sus familias y comunidades; reduciendo altos índices de malnutrición, anemia y obesidad. Todo ello además de mejorar sus ingresos y promover el desarrollo económico de su comunidad.
Nuestro compromiso y avances
Todos estos proyectos consolidan nuestro compromiso sostenible como la empresa de alimentos basados en cultivos, más grande del planeta.
A través de proyectos como los anteriores, estamos dejando una huella positiva en el campo de diversas regiones, así como en los agricultores que lo trabajan.
Kellogg tiene compromisos ambiciosos para abordar la seguridad alimentaria, impulsando un cambio positivo para las personas, las comunidades y el planeta de cara a 2030.
Con esfuerzos como los anteriores la compañía continúa su viaje de un siglo de duración, ayudando a acabar con el hambre en el mundo, apoyada en su programa Better Days que imapactará a 3 mil millones de personas en todo el planeta.
A principios de este año, compartimos que la compañía aceleró su progreso hacia sus compromisos, revelando estar muy por delante de lo previsto, llegando a más personas de las proyectadas hasta este momento.
Los compromisos planteados a 2025 en Desayunos para Mejores Días se cumplirán a finales de 2019; y nuestros Compromisos de Sostenibilidad Global se cumplirán en 2020. Seguiremos rastreando nuestros avances e informándote de nuestro progreso, alineandonos con los objetivos de sustentabilidad definidos por la Organización de las Naciones Unidas de cara a 2030.