
La recolección de alimentos en el campo que busca acabar con el hambre
Una de cada nueve personas pasa hambre en el mundo. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, el sector alimentario y agrícola ofrece soluciones clave para el desarrollo que son vitales para la eliminación del hambre y la pobreza.
“Gestionadas de forma adecuada, la agricultura, la silvicultura y la acuicultura pueden suministrar comida nutritiva a todo el planeta”.
Banco de Alimentos de México (BAMX) es una organización que opera en toda la república, recibiendo y recogiendo alimentos excedentes en buen estado para repartirlos a familias en situación vulnerable, pero…
¿Habías escuchado que recolectan frutas y verduras en el campo?
Según cifras de la FAO, en México se desperdician 20.4 millones de toneladas de alimento al año. Mientras que en América Latina se desaprovecha la mitad de frutas y hortalizas que se producen. Es por eso que Kellogg ha decidido impulsar el proyecto de recolección de frutas y verduras a través de donativos económicos y en especie a Banco de Alimentos, así como voluntariado corporativo, para la operación de la iniciativa.
Lo que hacen algunos bancos de alimentos como el de Querétaro, además de las alianzas con supermercados y establecimientos, es seguir un programa de recolección de alimentos en el campo. Esta iniciativa se lleva a cabo en este estado en colaboración con nosotros. Te explicamos cómo funciona y qué hicimos recientemente con algunos de nuestros voluntarios en Kellogg.
En una parcela agrícola generalmente se contrata a jornaleros para la cosecha. Se les paga para que den de dos a tres pasadas al campo para recolectar la mayor cantidad de piezas posibles, posterior a eso pasa una máquina que tritura los restos para que se integren nuevamente a la tierra, el proceso dura varios días. Es aquí donde nosotros y el Banco de Alimentos entramos.
El proyecto de recolección de alimentos en el campo consiste en pagar a los jornaleros una última pasada a la zona de cultivo antes del proceso de trituración, y cosechar los frutos que hayan alcanzado un grado óptimo de maduración para aprovecharlos y evitar que se pierdan.
Voluntariado Kellogg
Para celebrar el Día Mundial de la Alimentación, en Kellogg organizamos distintas actividades a nivel global. Una de ellas fue un voluntariado en una parcela de brócoli apoyando en el programa recolección.
Nuestro equipo vivió todo el proceso. Comenzó por recolectar los brócolis que quedaban en la parcela antes de la fase de trituración, los colocaron en canastas para llevarlos a la central de abastos, lugar donde actualmente opera Banco de Alimentos de Querétaro, y finalmente ayudaron a armar paquetes completos de despensas para después subirlos a las distintas camionetas que llevaron el alimento a las comunidades vulnerables.
“El objetivo de actividades como esta es sensibilizar a nuestros colaboradores para que conozcan la labor que hacemos a través de Banco de Alimentos para el rescate de frutas y verduras. Este programa lo tenemos corriendo en diferentes ranchos, invernaderos y campos para rescatar lo que no se comercializa de la cosecha…” afirmó Jessica Daniel, gerente de asuntos corporativos para Kellogg Latinoamérica.
En 2018 nuestra empresa, además de la donación mensual de productos, otorgó alrededor de 35 mil dólares a Banco de Alimentos con lo que esperamos beneficiar a más de 150 mil personas por medio de la recuperación de productos. Desde 2015 en Kellogg apoyamos este programa de recolección de alimentos en el campo.
Sabemos el rol que tenemos como compañía en el combate del hambre y sabemos lo que implica una nutrición balanceada, es por eso que apoyamos este proyecto.
¿Cuáles son los beneficios?
La responsable de alianzas estratégicas de BAMX, Esther Escárzaga García, explicó que el desperdicio de alimento no solo genera pobreza, también falta de trabajo en el campo, contaminación, gases de efecto invernadero, gasto de agua e insumos. El programa de recolección de alimentos en el campo tiene múltiples beneficios:
· El agricultor que participa en el programa de Banco de Alimentos de México tiene beneficios fiscales debido a las donaciones que hace.
· El agricultor se evita el costo de destruir producto.
· Se mantiene la cuadrilla de trabajadores activos, lo que provoca mayor lealtad de los jornaleros con los agricultores.
· Se evita que el alimento se pudra o se pierda en el campo, en la Central de Abastos o en la basura.
· Al evitar que el alimento se convierta en desperdicio también se elimina la generación de gases de efecto invernadero que provoca.
Se contribuye a la seguridad alimentaria de las comunidades en situación vulnerable.
“Parte de los objetivos de Desarrollo Sostenible que son erradicar la pobreza, mejorar la nutrición, llevar agua potable a todas las comunidades, evitar el efecto de gas invernadero y hacer un consumo y producción sostenible, se cumplen con este programa de Banco de Alimentos”, explicó Escárzaga.
De esta manera, en Kellogg, por medio de nuestra alianza estratégica con Banco de Alimentos de México, buscamos cumplir nuestro compromiso de contribuir al bienestar y nutrición de las familias mexicanas.